Mundialista con la Selección argentina en Alemania 1974, el emblemático jugador que disputó más de 300 partidos en Racing y fue campeón de la Libertadores con Boca en 1978, se sumó a la “Verde” a finales de 1980 para jugar la Copa Confraternidad, junto a otras figuras. Su paso por barrio Alberione y una vuelta olímpica.
Carlos Squeo
Llegó a los dos años a San Francisco, de muy chico se sumó a las inferiores de la “Verde”, debutando a mediados de la década del ’30 en la primera división del club. Fue vendido a Rosario Central y de allí a Peñarol de Uruguay, donde fue ídolo y decidió nacionalizarse. Con la “Celeste”, fue campeón del mundo en el mítico “Maracanazo”, en 1950.
El 16 de noviembre de 1986, Sportivo Belgrano vencía en el repechaje a Sarmiento de Leones y sacaba boleto rumbo al Torneo del Interior 1986-87, que por entonces conformaba la tercera división del fútbol argentino con equipos indirectamente afiliados.
Hurgando en el archivo de Identidad Verde encontramos estas imágenes del por entonces estadio “Oscar C. Boero” (hoy “Juan Pablo Francia”) en el que queda reflejado cómo lucía la cancha en aquella temporada. El crecimiento fue exponencial.
Gran parte de su vida estuvo vinculada a Sportivo Belgrano. Fueron 40 años al servicio de la entidad de barrio Alberione. En 1953 comenzó a alternar en el rol de utilero, cargo del cual se hizo dueño exclusivo desde 1958 hasta 1989. Dejó un recuerdo imborrable en aquellos con quien compartió vestuario. Una figura clave en la vida institucional del club.
La primera edición de la competencia se disputó en 1969 y Sportivo Belgrano, por ser vigente campeón del Torneo Oficial de la Liga Cordobesa, se ganó el derecho a representar a la provincia en el certamen nacional, que tendría como campeón a Boca Juniors.