
Por la décima fecha -tercera de los desquites- de la Zona Centro de la Liga Regional de Fútbol de San Francisco, la Primera Local de Sportivo Belgrano derrotó en el predio "Nicolás Losano" a Proyecto Crecer y volvió a sumar de a tres.
Por la décima fecha -tercera de los desquites- de la Zona Centro de la Liga Regional de Fútbol de San Francisco, la Primera Local de Sportivo Belgrano derrotó en el predio "Nicolás Losano" a Proyecto Crecer y volvió a sumar de a tres.
La entidad de barrio Alberione confirmó ambas llegadas. El primero de ellos, como entrenador de la reserva y ayudante de campo de la primera local, y el segundo como entrenador de arqueros del fútbol amateur.
El 30 de junio, desde el 2013, pasó a ser una fecha patria para el pueblo verde. Aquel día comenzó con una ciudad movilizada como nunca antes, con el color esperanza y banderas flameando por cada rincón, bajo un frío que retorcía pero que de ninguna manera iba a impedir una congregación masiva. Lo demás, es historia.
Llegó a los dos años a San Francisco, de muy chico se sumó a las inferiores de la “Verde”, debutando a mediados de la década del ’30 en la primera división del club. Fue vendido a Rosario Central y de allí a Peñarol de Uruguay, donde fue ídolo y decidió nacionalizarse. Con la “Celeste”, fue campeón del mundo en el mítico “Maracanazo”, en 1950.
Dueño de destellos futbolísticos que fueron comentario de generaciones y generaciones. Su nombre, no caben dudas, fue de los más importantes que hayan vestido la camiseta de Sportivo Belgrano.
En una final digna de novela, la “Verde” igualaba agónicamente con Santamarina de Tandil en la final de vuelta y aprovechando la ventaja deportiva lograba el histórico ascenso al Torneo Nacional B. Cerca de 15.000 almas le dieron un marco inolvidable a la ”Fortaleza” de barrio Alberione.
Notable postal de barrio Alberione y los hinchas de Sportivo Belgrano en 1978. En una jornada épica, la “Verde” le ganaba por la Liga Cordobesa al por entonces actual subcampeón del fútbol argentino: Talleres. La imagen habla a las claras: nunca caminarás solo.