La fundación de Sportivo Belgrano fue fruto de la separación de un grupo de jóvenes del equipo en el que despuntaban el vicio de jugar “football”. Desde su génesis, el componente social que apartó a aquel grupo de chicos de su antiguo club, fue un aliado histórico de la entidad “Verde”. Un resumen de esta mirada se encuentra en una nota que la comisión directiva de la institución publicó en 1922. “La obra de un club debe ser popular”, decían.
Plaza Vélez Sarsfield
Un 27 de agosto de 1922, a casi un mes de la creación de la actual Liga Regional, Sportivo Belgrano debutaba en la competencia -primera estable en San Francisco y la región- goleado como visitante a Sociedad Sportiva Devoto. En tanto, el 3 de septiembre la “Verde” tuvo su primera presentación en la ciudad. El recuerdo de aquellas jornadas.
A comienzos de la década del 20’, Sportivo Belgrano consolidó su esencia de club social con la práctica de múltiples disciplinas en sus instalaciones y fue pionero al instaurar los Torneos Atléticos, al cual arribaban deportistas de todo el país.
En febrero de 1937, un incendio destruyó parte de las instalaciones del club, que se encontraba en el lado oeste de la actual Plaza Vélez Sarsfield. Ello adelantó una decisión política que ya estaba tomada y la “Verde” debió partir en busca de un nuevo espacio, desembarcando en barrio Alberione.
El periodista e investigador, Arturo Bienedell, repasa cómo eran las instalaciones de Sportivo Belgrano en los primeros años de vida, cuando se ubicaba en la actual Plaza Vélez Sarsfield.
El día en que el básquet de Sportivo se midió con la Selección argentina
Ocurrió el 12 de agosto de 1981, con la cancha del Club El Tala como escenario, albergando a una multitud que no se quiso perder el duelo. Años dorados para una disciplina que, pocos años después, se iría apagando en barrio Alberione pero que llenó de alegrías a sus hinchas.
Llegó a los dos años a San Francisco, de muy chico se sumó a las inferiores de la “Verde”, debutando a mediados de la década del ’30 en la primera división del club. Fue vendido a Rosario Central y de allí a Peñarol de Uruguay, donde fue ídolo y decidió nacionalizarse. Con la “Celeste”, fue campeón del mundo en el mítico “Maracanazo”, en 1950.
El 28 de octubre de 1956, Sportivo Belgrano vencía como visitante a Instituto -que era su escolta- y se consagraba campeón del Torneo Oficial por primera vez en su historia. Con un trio ofensivo de elite, la “Verde” forjaba una de las páginas más importantes de su vida deportiva.
El 16 de noviembre de 1986, Sportivo Belgrano vencía en el repechaje a Sarmiento de Leones y sacaba boleto rumbo al Torneo del Interior 1986-87, que por entonces conformaba la tercera división del fútbol argentino con equipos indirectamente afiliados.
Gran parte de su vida estuvo vinculada a Sportivo Belgrano. Fueron 40 años al servicio de la entidad de barrio Alberione. En 1953 comenzó a alternar en el rol de utilero, cargo del cual se hizo dueño exclusivo desde 1958 hasta 1989. Dejó un recuerdo imborrable en aquellos con quien compartió vestuario. Una figura clave en la vida institucional del club.