Compartir para multiplicar conocimientos

Por Arturo Bienedell - Director del Archivo Gráfico y Museo de San Francisco y la Región

La iniciativa de poner en circulación “Identidad Verde”, es un proyecto que merece apoyo y reconocimiento. Apoyo para que se pueda prolongar en el tiempo, y reconocimiento por cuanto es otra de las posibilidades de difundir episodios de la vida institucional y deportiva del Club Sportivo Belgrano, entidad que a lo largo de más de un siglo fue escenario de muchos de las más destacados hechos del deporte sanfrancisqueño y no solo en fútbol, sino, allá en sus comienzos, también en ciclismo, tenis, atletismo, y luego, básquetbol y natación.

Para quienes indagamos desde hace muchos años en diferentes aspectos de la historia local y sostenemos que ese estudio y difusión es importante para una mejor formación ciudadana, no podemos menos que sumarnos, en la medida de nuestras posibilidades, para que este emprendimiento tenga continuidad y, sobre todo, sea bien conocido y aprovechado.

No fue mi especialidad el periodismo deportivo. Durante 45 años ejercí la profesión en San Francisco, en el diario La Voz de San Justo, pero siempre dedicado a otros temas de interés general. Cuando desde 1996, comenzamos con el proyecto del Archivo Gráfico y Museo Histórico, el tratamiento del deporte fue uno de los más complejos; por una parte por la gran diversidad de disciplinas que se practican en la ciudad, por las categorías en que se divide cada una de ellas; por la cantidad de clubes y también por la innumerable suma de deportistas que, afortunadamente, se dedican a ellas. Por este motivo es alentador que el Club Sportivo Belgrano realice este proyecto y también que lo imprima en papel, lo que le dará una perdurabilidad a través de las décadas. Prueba de ello son las publicaciones que en distintas épocas hicieron distintos clubes de la ciudad y de las cuales, algunos ejemplares, se conservan en el Archivo y Museo.

Estas publicaciones, como todos los escritos sobre deportes o los temas locales que fueren, ganan valor con el tiempo porque suelen recoger afirmaciones, testimonios y recuerdos de quienes han sido protagonistas o testigos de hechos que marcan la historia de cada pueblo, en este caso San Francisco. Cada escrito permite que esas crónicas trasladen más allá en el tiempo esos “secretos” que se podrán perder si nadie los contase, o si nadie los escribiera y luego los publicaría. Alguien dijo: “Quien comparte algo material, lo divide; pero quien comparte un conocimiento, lo multiplica”.

De eso se trata cuando trabajamos sobre la historia local: buscar una historia verdadera, interpretarla, escribirla y compartirla para multiplicarla. Aquí no vale ser mezquino. Quien tiene anécdotas para contar, fotografías para comentar, cartas con contenidos de interés público, objetos para mostrar, debe entender el valor de lo que atesora, no por su costo económico, sino por el testimonio que significa para la historia de la comunidad que integra y, por eso, es importante que lo comparta, que se multiplique ese saber que él tiene, para que esos hechos, aparentemente simples, sean parte de la gran historia regional.

La brevedad del espacio impide ser más amplio en las explicaciones, no obstante, considero que la idea de que seamos generosos compartiendo nuestros conocimientos, queda planteada. En el Archivo Gráfico y Museo Histórico, desde hace 27 años venimos pregonando y practicando este método, y les aseguro que hemos comprobado que es óptimo.