
Dueño de destellos futbolísticos que fueron comentario de generaciones y generaciones. Su nombre, no caben dudas, fue de los más importantes que hayan vestido la camiseta de Sportivo Belgrano.
Un 27 de julio de 1997, en la “Plaza Anselmo Ocampo”, Sportivo Belgrano igualaba con Alumni de Villa María y con el 3-0 obtenido en la ida, lograba la plaza que la Asociación Cordobesa de Fútbol ponía en disputa para el Torneo Argentino B 1997-98. La “Verde”, que venía de ganar el Clasificación, seguía de fiesta.
Historia - Fútbol27/07/2023La “Plaza Anselmo Ocampo” fue el escenario de la debacle y la algarabía el 27 de julio de 1997. Allí, Sportivo Belgrano igualaba 0-0 con Alumni de Villa María y aprovechando el 3-0 obtenido en la ida en barrio Alberione, lograba el tan ansiado boleto que la Asociación Cordobesa de Fútbol ponía en disputa para el Torneo Argentino B 1997-98.
El clásico tuvo de todo. La “Verde” puso la fiesta en la tribuna, cumplió dentro del campo de juego y consiguió la clasificación. Sobre el final, disturbios e incidentes, dentro y fuera del campo de juego, opacaron una verdadera “final”.
Una semana antes, en barrio Alberione, Sportivo Belgrano -que venía de consagrarse campeón del Clasificación de la ACF- goleaba 3-0 a Alumni y tomaba una ventaja crucial.
En la vuelta, el partido no tuvo emociones, pero el negocio lo hizo la escuadra que dirigía el gran Nelsi Mina. “Tarde negra en Villa María”, supo titular La Voz del Interior, en alusión a los incidentes del final.
Fue de aquellas jornadas inolvidables, por lo bueno y lo malo. La “Verde” terminaba festejando ante uno de sus clásicos rivales y el regreso a San Francisco encontraría a los protagonistas siendo recibidos por una importante cantidad de hinchas.
Dueño de destellos futbolísticos que fueron comentario de generaciones y generaciones. Su nombre, no caben dudas, fue de los más importantes que hayan vestido la camiseta de Sportivo Belgrano.
Llegó a los dos años a San Francisco, de muy chico se sumó a las inferiores de la “Verde”, debutando a mediados de la década del ’30 en la primera división del club. Fue vendido a Rosario Central y de allí a Peñarol de Uruguay, donde fue ídolo y decidió nacionalizarse. Con la “Celeste”, fue campeón del mundo en el mítico “Maracanazo”, en 1950.
Notable postal de barrio Alberione y los hinchas de Sportivo Belgrano en 1978. En una jornada épica, la “Verde” le ganaba por la Liga Cordobesa al por entonces actual subcampeón del fútbol argentino: Talleres. La imagen habla a las claras: nunca caminarás solo.
En una final digna de novela, la “Verde” igualaba agónicamente con Santamarina de Tandil en la final de vuelta y aprovechando la ventaja deportiva lograba el histórico ascenso al Torneo Nacional B. Cerca de 15.000 almas le dieron un marco inolvidable a la ”Fortaleza” de barrio Alberione.
El 30 de junio, desde el 2013, pasó a ser una fecha patria para el pueblo verde. Aquel día comenzó con una ciudad movilizada como nunca antes, con el color esperanza y banderas flameando por cada rincón, bajo un frío que retorcía pero que de ninguna manera iba a impedir una congregación masiva. Lo demás, es historia.
Un día como hoy pero del 2009, en Mendoza, Sportivo Belgrano escribía una de las páginas más gloriosas de su historia: le volvía a ganar a Gimnasia y lograba el tan ansiado salto de categoría, que se venía postergando.
A lo largo de su historia, en esta fecha tan especial para la Patria argentina, la “Verde” jugó o fue anfitrión de partidos que quedaron perdidos en el tiempo y que, desde Identidad Verde, recordamos.
Fría noche rafaelina, más de 1.000 personas viajaron un jueves a alentar a Sportivo Belgrano que, en rodeo ajeno, le ganó agónicamente 1-0 a Ben Hur con gol del “Tecla” Farías, para el primer triunfo como visitante en el Argentino A. La imagen es una postal de la jornada, delirio verde en aquellas recordadas invasiones con público visitante.
El 30 de junio, desde el 2013, pasó a ser una fecha patria para el pueblo verde. Aquel día comenzó con una ciudad movilizada como nunca antes, con el color esperanza y banderas flameando por cada rincón, bajo un frío que retorcía pero que de ninguna manera iba a impedir una congregación masiva. Lo demás, es historia.
Llegó a los dos años a San Francisco, de muy chico se sumó a las inferiores de la “Verde”, debutando a mediados de la década del ’30 en la primera división del club. Fue vendido a Rosario Central y de allí a Peñarol de Uruguay, donde fue ídolo y decidió nacionalizarse. Con la “Celeste”, fue campeón del mundo en el mítico “Maracanazo”, en 1950.
Dueño de destellos futbolísticos que fueron comentario de generaciones y generaciones. Su nombre, no caben dudas, fue de los más importantes que hayan vestido la camiseta de Sportivo Belgrano.
En una final digna de novela, la “Verde” igualaba agónicamente con Santamarina de Tandil en la final de vuelta y aprovechando la ventaja deportiva lograba el histórico ascenso al Torneo Nacional B. Cerca de 15.000 almas le dieron un marco inolvidable a la ”Fortaleza” de barrio Alberione.
Notable postal de barrio Alberione y los hinchas de Sportivo Belgrano en 1978. En una jornada épica, la “Verde” le ganaba por la Liga Cordobesa al por entonces actual subcampeón del fútbol argentino: Talleres. La imagen habla a las claras: nunca caminarás solo.