
Dueño de destellos futbolísticos que fueron comentario de generaciones y generaciones. Su nombre, no caben dudas, fue de los más importantes que hayan vestido la camiseta de Sportivo Belgrano.
La imagen pertenece a un clásico Independiente-San Lorenzo en 1949 y muestra a tres futbolistas: Bissuti, Sará y Martorelli. Los tres habían sido compañeros en Sportivo Belgrano y arribaron al fútbol grande procedentes de la “Verde”, que en la década del ’40 se ganó el mote del “Vivero Cordobés”.
Historia - Fútbol02/09/2023La década del ’40 y el ingreso a los torneos de la Liga Cordobesa de Fútbol, una de las más importantes que tenía que el país por entonces, posicionaron a Sportivo Belgrano en la escena nacional, siendo caracterizado por la mítica revista El Gráfico como “el vivero cordobés”, debido a la cantidad de jugadores que desde la “Verde” habían pegado el salto al fútbol “grande” de AFA.
Aquellos jugadores que brillaban en barrio Alberione, sin escalas, pegaban el salto a la Primera División de AFA y, en ese marco, muchos futbolistas verdes pasaron a los equipos denominados “grandes”.
El punto máximo de este momento histórico para Sportivo Belgrano llegó en 1949 cuando transfirió, sin escalas, su delantera completa a San Lorenzo de Almagro: Héctor Odasso, Pedro Sará, Gabriel Uñate, Domingo Martorelli y Enrique Ludueña.
Esta imagen pertenece a un Independiente-San Lorenzo en 1949, en el Torneo de Primera División y los tres jugadores de la fotografía fueron compañeros en la “Verde”, desde donde arribaron al “Rojo” y al “Ciclón”.
Allí se observa a Rodolfo Bissutti defendiendo la casaca de la escuadra de Avellaneda, con la que había sido campeón en 1948; y Pedro Sará y Domingo Martorelli, en el “Cuervo”.
Años dorados en barrio Alberione y el fútbol cordobés.
Dueño de destellos futbolísticos que fueron comentario de generaciones y generaciones. Su nombre, no caben dudas, fue de los más importantes que hayan vestido la camiseta de Sportivo Belgrano.
Llegó a los dos años a San Francisco, de muy chico se sumó a las inferiores de la “Verde”, debutando a mediados de la década del ’30 en la primera división del club. Fue vendido a Rosario Central y de allí a Peñarol de Uruguay, donde fue ídolo y decidió nacionalizarse. Con la “Celeste”, fue campeón del mundo en el mítico “Maracanazo”, en 1950.
Notable postal de barrio Alberione y los hinchas de Sportivo Belgrano en 1978. En una jornada épica, la “Verde” le ganaba por la Liga Cordobesa al por entonces actual subcampeón del fútbol argentino: Talleres. La imagen habla a las claras: nunca caminarás solo.
En una final digna de novela, la “Verde” igualaba agónicamente con Santamarina de Tandil en la final de vuelta y aprovechando la ventaja deportiva lograba el histórico ascenso al Torneo Nacional B. Cerca de 15.000 almas le dieron un marco inolvidable a la ”Fortaleza” de barrio Alberione.
El 30 de junio, desde el 2013, pasó a ser una fecha patria para el pueblo verde. Aquel día comenzó con una ciudad movilizada como nunca antes, con el color esperanza y banderas flameando por cada rincón, bajo un frío que retorcía pero que de ninguna manera iba a impedir una congregación masiva. Lo demás, es historia.
Un día como hoy pero del 2009, en Mendoza, Sportivo Belgrano escribía una de las páginas más gloriosas de su historia: le volvía a ganar a Gimnasia y lograba el tan ansiado salto de categoría, que se venía postergando.
A lo largo de su historia, en esta fecha tan especial para la Patria argentina, la “Verde” jugó o fue anfitrión de partidos que quedaron perdidos en el tiempo y que, desde Identidad Verde, recordamos.
Fría noche rafaelina, más de 1.000 personas viajaron un jueves a alentar a Sportivo Belgrano que, en rodeo ajeno, le ganó agónicamente 1-0 a Ben Hur con gol del “Tecla” Farías, para el primer triunfo como visitante en el Argentino A. La imagen es una postal de la jornada, delirio verde en aquellas recordadas invasiones con público visitante.
El 30 de junio, desde el 2013, pasó a ser una fecha patria para el pueblo verde. Aquel día comenzó con una ciudad movilizada como nunca antes, con el color esperanza y banderas flameando por cada rincón, bajo un frío que retorcía pero que de ninguna manera iba a impedir una congregación masiva. Lo demás, es historia.
Llegó a los dos años a San Francisco, de muy chico se sumó a las inferiores de la “Verde”, debutando a mediados de la década del ’30 en la primera división del club. Fue vendido a Rosario Central y de allí a Peñarol de Uruguay, donde fue ídolo y decidió nacionalizarse. Con la “Celeste”, fue campeón del mundo en el mítico “Maracanazo”, en 1950.
Dueño de destellos futbolísticos que fueron comentario de generaciones y generaciones. Su nombre, no caben dudas, fue de los más importantes que hayan vestido la camiseta de Sportivo Belgrano.
En una final digna de novela, la “Verde” igualaba agónicamente con Santamarina de Tandil en la final de vuelta y aprovechando la ventaja deportiva lograba el histórico ascenso al Torneo Nacional B. Cerca de 15.000 almas le dieron un marco inolvidable a la ”Fortaleza” de barrio Alberione.
Notable postal de barrio Alberione y los hinchas de Sportivo Belgrano en 1978. En una jornada épica, la “Verde” le ganaba por la Liga Cordobesa al por entonces actual subcampeón del fútbol argentino: Talleres. La imagen habla a las claras: nunca caminarás solo.