El nombre y los colores iniciales

Informes especiales 04 de diciembre de 2022 Por Leandro Gottardi
Aquellos doce jóvenes muchachos que el 15 de abril de 1914 reunidos en la Plaza Vélez Sarsfield decidieron fundar un nuevo club no dudaron en la elección del nombre, en honor a Manuel Belgrano. Tampoco de los colores: celeste y blanco. Poco después, se agregaría al nombre el Sportivo y se cambiaría al color verde. 
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Ilustración publicada en La Voz de San Justo con motivo de las Bodas de Oro del club, en 1964. Archivo: Leandro Gottardi.

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Reunidos en la Plaza Vélez Sarsfield, a la sombra de un árbol, el 15 de abril de 1914 un grupo compuesto por 12 jóvenes muchachos le dio forma a una pasión inexplicable: el Club Belgrano, que rápidamente pasaría a llamarse Club Sportivo Belgrano. 

El creador de la Bandera Argentina, no solamente le dio nombre al club sino que, a su vez, aportó los primeros colores que tuvo la institución en su vida: el celeste y blanco, que años más tarde serían cambiados por el verde.

Es decir, el primer nombre que tuvo la institución fue Club Belgrano, añadiéndose para 1921 el Sportivo, quedando así configurado el Club Sportivo Belgrano. En tanto, la camiseta celeste y blanca a bastones, le dejaría paso al tradicional color verde, cuyo color adoptaría para siempre. 

Una disertación que en ocasión de los festejos del 20 de junio en 1958 dio el Dr. Raúl G. Villafañe -uno de los doce muchachos presentes en la jornada fundacional- en el Teatro Mayo, nos provee de información en primera persona sobre lo acontecido aquel día de 1914. 

 “Aquella tarde del 15 de abril de 1914 supimos que se había fundado un nuevo club. Sin cancha ni divisa, sin dinero ni tutores. Pero en las pupilas juveniles de aquellos doce muchachos, brillaba la diáfana aurora de una esperanza. 

¿Cómo le llamaremos a nuestro club?, preguntó el más pequeño del grupo. Nadie movió sus labios. Un silencio de expectativa puso emoción en las miradas. Y en muda reflexión, levantando la vista sobre el pajonal circundante alguien miró hacia arriba. La tarde era un himno de serenidad otoñal. Sobre el limpio firmamento teñido de azul, tenues nubes, como blancos copos de espuma, surcando un apacible mar, reconstruían el símbolo augusto de la nacionalidad. El cielo era una enorme bandera teñida sobre un sueño de juventud. 

Y el más pequeño, absorto e inspirado, se respondió a sí mismo, como evocando e invocando a la figura del héroe inolvidable… ¡Belgrano!. Y aquel impulso de muchachos, aquella ilusión casi infantil, aquella esperanza de adolescentes, tuvo un nombre: ¡Belgrano!. Y detrás del nombre, como una rúbrica dando fuerza y vigor al pronunciamiento surgió una casaca blanca y celeste, la misma que tejería luego sobre el césped filigranas de emoción, al impulso romántico de once corazones templados y patriotas”.

El fragmento citado nos traslada a los primeros momentos de la vida del club, que hoy ya cuenta con 108 años de vida y un historial deportivo e institucional que enorgullece no solo a San Francisco sino a una vasta región. 

Leandro Gottardi

Licenciado en Comunicación Social
Fundador y Director de Identidad Verde

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